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Sobre los Qunaris y el Qun

"Asit tal-eb" Así reza el principal precepto de la doctrina del Qun, "es cuanto ha de ser", la idea de que todas las cosas y todos los seres tienen una naturaleza, y todo ello se une para formar un orden apropiado. Bajo este concepto, los Qunari rigen su forma de vida y sus creencias de una rígida y enrevesada forma que a los forasteros les resulta incomprensible.

¿Pero qué es el Qun? Es un código de honor basado en los escritos del Ashkaari Koslun, una filosofía, una guía legislativa, y una arquitectura social en la que los Qunari (los seguidores del Qun, asociados típicamente con la raza llamada qunari ya que fueron ellos quienes la originaron, mas hay conversos de otras razas, especialmente elfos) se refugian. El Qun define la función de todas las cosas y todas las personas en su sociedad. Hacen la comparativa con una criatura cuyas partes del cuerpo funcionales están compuestas de todas las cosas vivas. Así, siendo parte del cuerpo (el Antaam, el ejército Qunari), parte de la mente (artesanos, filósofos, pensadores) o el alma misma (el sacerdocio), todos contribuyen al Qun como parte de un todo útil.


El principal símbolo para representar a los Qunari como pueblo es un triángulo, representado en el icono de la Casa de las Mareas mostrando el triunfo inevitable del Qun, que simboliza el triunvirato Qunari de cuerpo, mente, y alma. El "cuerpo" es representado por el Arishok (el ejército), la "mente" por la Arigena (los artesanos), y el "alma" por la Ariqun (las sacerdotisas). Los tres líderes que gobiernan toda la sociedad Qunari por sus respectivos "caminos", y trabajan juntos para completar el todo del pueblo Qunari.

El deber es fundamental en la sociedad Qunari. Ya que se ven a ellos mismos como parte de un todo, el bienestar de la sociedad es la responsabilidad de todos. Cada persona es como una gota de sangre en las venas de la susodicha criatura, y han de hacer no lo que es mejor para ellos mismos, sino lo que es mejor para la criatura. Por ejemplo, algunos Qunari son educados como soldados desde una edad muy temprana. Se espera de ellos que sean fuertes, disciplinados y estoicos, adhiriéndose sin rechistar a los principios de honor y deber tal y como está definido en el Qun. Fanáticos en su devoción, los Qunari están dispuestos a guerrear en el transcurso de sus vidas como parte de sus intentos para "iluminar" a las otras razas respecto a su filosofía. 

Como los Qunari no tienen concepto de la identidad personal, usan títulos o rangos en sus trabajos, más que nombres, para identificarse y presentarse a sí mismos. Sus "nombres" en realidad son hebras de información genealógica usada por las Tamassrans, las sacerdotisas y educadoras del Qun y una de las figuras más importantes en su sociedad, para mantener registros.

El Qun dicta todo aspecto de las vidas de sus seguidores, quienes no lo cuestionan, y ven como su deber moral "educar" a la fuerza a aquellos que no comprenden (para los Qunari, el Qun no es cuestión de fe, sino de entendimiento). Para la gente del Qun, ésta es la única y verdadera fuente de moralidad, y todas las sociedades que lo rechacen vivirán en libertinaje y sufrimiento. Acercar a estas sociedades al Qun es liberarles del tormento que se han inflingido a ellos mismos. Incluso los intentos de los Qunari por comerciar y tratar con otras razas y naciones son principalmente para medir a potenciales oponentes, más que para reunir recursos o riqueza.

El rol social de un Qunari se le supone ser una parte definida de la naturaleza de una persona, inmutable y fundamental. Los Qunari valoran mucho sus herramientas y las consideran parte de su valía, como extensiones de su rol y deberes. Por ejemplo, un soldado del Antaam nunca debe ser separado de su arma; tal individuo sería o bien humillado y/o ejecutado al volver a su hogar, ya que se considera que el objeto porta el "alma" del individuo (al contrario que el cuerpo, que es sólo un recipiente; los Qunari no entierran a sus muertos). A otros, como los Ben-Hassrath, se les permite usar cualquier herramienta que les sirva a su propósito, puesto que sus deberes son más mentales que físicos.

Tanto la Capilla Andrastina como la Capilla Imperial consideran al Qun y sus practicantes una amenaza para sus enseñanzas: una prueba de fe que debe ser combatida y derrotada. Por tanto, han habido varias Marchas Exaltadas declaradas contra ellos por ambas partes. Aunque los Qunari poseen una tecnología superior, son bastante más reticentes que la Capilla a usar la magia. Este extremo desagrado de la magia les ha ayudado a desarrollarse mejor tecnológicamente, pero como resultado, su conocimiento de magia es muy limitado, y los poderes de sus magos están muy por debajo de sus capacidades, ya que les controlan y atan a niveles extremos.

Aquellos que han abandonado el Qun son llamados Tal-Vashoth y viven lejos de las regiones controladas por Qunari, a menudo trabajando como mercenarios. Bajo el Qun, los mercenarios están aún peor vistos que los bandidos, ya que están vendiendo lo que quedan de sus almas y de su honor por dinero. Los Tal-Vashoth están perseguidos por el Qun, y se arriesgan a sufrir una "re-educación" si los Ben-Hassrath les pillan en su territorio. Los Qunari no desperdician nada, y siempre están dispuestos a aprovechar de alguien todo su potencial. Los intentos por resistirse se consideran como una enfermedad que debe ser tratada. Si aun así se resisten a la "redención", se les lleva a templos para "rehabilitarles", y se sabe que muchos sufren un lavado de cerebro con una sustancia llamada "qamek" que les convierte en mano de obra sin voluntad destinada a hacer trabajos forzosos.

Aun con todas sus faltas, los Qunari son pragmáticos, leales con los suyos, y pueden llegar a respetar a sus adversarios, si consideran que estos se hacen de valer. Para los Qunari, los extranjeros se denominan "bas", "cosa", y se les considera seres desafortunados pero con el potencial de crecer y aprender si la sabiduría del Qun llega a ellos. No obstante, si un forastero demuestra integridad para con ellos, se le reconoce como un "Basalit-An", "digno de respeto", y es el mayor honor al que un "bas" puede aspirar sin ser convertidos, ya que se considera que con ellos se puede negociar hasta cierto punto.

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